viernes, 17 de agosto de 2012

UN PASEO POR PANAJACHEL...

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Dentro de los principales atractivos del destino se encuentra  el Lago de Atitlán con sus azules y cristalinas aguas, así como también la Reserva Natural Atitlán que además de su completo mariposario ofrece al viajero varias zonas de acampada.
Un simple paseo por la concurrida calle de Santander ofrece al turista una entretenida experiencia, ofreciendo durante el día los variados productos de los artesanos locales y por las noches, animados ambientes en sus discotecas, bares y restaurantes.
Panajachel cuenta con la infraestructura necesaria para organizar cualquier actividad relacionada con el recorrido por el lago y deportes náuticos, y destaca su amplia oferta de cibercafés.

Artesanías en Panajachel


jueves, 16 de agosto de 2012

SAN FRANCISCO DE ASÍS

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San Francisco de Asís
Cuando en el período hispánico, los franciscanos que acompañaron a los conquistadores decidieron poner bajo la advocación de San Francisco de Asís el poblado indígena de Aj´Achel, nació San Francisco Panajachel, posteriormente ya solo Panajachel. No cabe duda que para los auténticos y oriundos Panajacheleños ha sido y será una bendición y motivo del jubilo ser feligreses de nuestra Franciscana Parroquia dedicada y bajo el resguardo de San Francisco de Asís, nuestro Santo Patrono.

Conocer y saber de la vida de San Francisco es llenarse de humildad, paz y amor, como fueron por toda su santa vida sus principios. San Francisco es máximo imitador de Cristo que se presentó a sus contemporáneos y los siglos venideros como un nuevo ejemplo de cristo (Pio XI). Francisco se hizo copia e imagen perfecta, que jamás hubo de Cristo nuestro señor (Benedicto XV). Francisco se empeño en imitar a Cristo (Pablo VI).

Entre diciembre de 1181 y febrero de 1182 en la pintoresca y bella Asís, la perla de la Umbría, en el reino de Italia y con encantadora sencillez como nos lo presentan las Crónicas Seráficas, aconteció que próxima a hacer madre Pica, Provenzana de la ilustre familia de los Bourlemont, martirizada por las angustias de un trabajoso parto, le fue preciso obedecer a la voz del cielo para evadir el peligro. Se presentó un ángel en forma de peregrino, y le dijo: Es necesario noble señora, que os retiréis al establo y allí daréis felizmente a luz vuestro primogénito. imitar a Cristo (Pablo VI).

Mientras esto ocurrió, verificándose sin novedad el alumbramiento, en la próxima y casi derruida ermita de Nuestra Señora de los Ángeles se oyeron acordes dulcísimos y querúbicas melodías. Más tarde al ser llevado a la Iglesia de San Rufino para recibir las agua del bautismo, se apareció de nuevo otro ángel como el anterior, pidiendo la gracia de apadrinar al bautizando.

Después de esto desapareció, dejando en las gradas del altar, Impresa la señal de sus rodillas. Al niño que nació en instancias de su madre se le puso el nombre de Juan; posteriormente su padre Pedro Bernardo Morico, conocido por Pedro Bemardon, originario de Luca y descendiente de la noble familia de los moricos; dispuso cambiarle el nombre por el de Francisco. Tiempo después un tercer Ángel se presentó a la casa de Pica, solicitando demostrasen al recién nacido al cual después de imprimirle cariñosos ósculos, profetizó lo que el niño había deseado, antes de desaparecer le trazo en un hombro la señal de la cruz que conservo indeleble toda su vida. Según las Crónicas Seráficas, así ocurrió el nacimiento de San Francisco de Asís, siendo este el primer rasgo de semejanza entre San francisco y Cristo.

Consta que a San Francisco, su virtuosa madre le dio una esmerada educación, y puso al tierno infante bajo la dirección de los Sacerdotes de San Jorge, y como la semilla que cae de la tierra sazonada y feraz, así aquella germinó lozana y exuberante hasta llegar a la floración. Su padre lo llevo a las tareas del comercio desplegando en los negocios una actividad y aciertos nada comunes.

San Francisco era músico y poeta; sobresalía entre sus amigos por su carácter alegre y jovial, por la soltura y delicadeza de sus trovas y por la maestría con que pulsaba el laúd. Joven aún y llevado de su espíritu caballeresco, lucho en la guerra entre Asís y Perusa y fue prisionero por un año. Sin embargo su verdadera vocación era la santidad. Es innegable cuando vemos que postrado ante una pintura de Cristo Crucificado en la ruinosa Iglesia de San Damián, repitió tres veces esta devota oración: “Dulcísimo amor mío Crucificado, iluminad mi inteligencia e inflamad mi voluntad. Concededme viva fe, esperanza cierta y calidad fervorosa. ¡OH, Dios mío! que os conozca y me conozca perfectamente y que no obre jamás en contra de los designios amorosos de vuestra voluntad santísima".

Era el año de 1206 y contaba ya 25 años, cuando renunció a la herencia paterna y se despojó de sus vestidos ante el tribunal del obispo Guido Secundini y dijo: Padre nuestro que estás en los cielos, a ti te entrego mis tesoros y en ti pondré todas mis esperanzas.

Reedificó la Iglesia de San Damián, la cual fue la sede de la Segunda Orden, la Iglesia de San Pedro, y finalmente la de Santa María de los Ángeles, que fue declarada por su Santidad Pio X Cabeza y Madre de la Orden Franciscana, y erigida en Basílica Patriarcal y Capilla Papal. Esto aconteció el 16 de abril del año de 1209 se considera esta fecha como la fundación de la Orden Franciscana, siendo su primeros discípulos y que constituyeron El Colegio Ceráfico: Benardo de Quintaval, Pedro Cutaneo, Gil, Sabatino, Morico o Mauricio, Juan Capella que fue el Judas, Guillermo, Felipe, Juan de San Constante, Barbaro, Benardo de Viridante, Ángel Tancredo y el Presbítero Silvestre que fue el primer Sacerdote que ingreso en la Orden. La segunda Orden, fundada por San Francisco fue la de las Clarisas, con sede en San Damián, llamada así por haber sido La Santa Abadesa de San Damián, la condesa Clara, hija de Favorino y Ortulana de nobilísima familia, y quien recibió sus votos ante el altar de Maria, el 19 de marzo de 1212.

Los planes de San Francisco de Asís eran bastos y grandiosos, y así en 1221 en hogar domestico nació la Orden Tercera de Penitencia. En un principio los Terciarios usaban una túnica gris que ceñían con un cordón, actualmente la insignia del Terciario se reduce al Escapulario y Cordón que debe traer en todo tiempo y lugar.

Importante de saber es que San Francisco fue quien popularizó la devoción al santo pesebre, así sucedió que en Grecia y en un bosque cercano al convento fue el lugar en donde bajo su dirección se levantó el primer nacimiento que reproducía al natural la escena de Belén.

San Francisco de Asís
Quizás unos de los pasajes de la vida de San francisco más sobresalientes y milagrosos es el acaecido en el año de 1224 en el monte de Alverna. Este monte se encuentra situado en los Apeninos centrales de Italia, y fue donado al Santo Varón por el Conde Orlando Cattini. Sucedió que en un día próximo a la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, cuando San Francisco se encontraba en oración en un lado del monte, vio bajar del cielo a un Serafín que tenía 6 alas tan fúlgidas como resplandecientes el cual se acercó con rápido vuelo al punto donde se encontraba al siervo de Dios. “al desaparecer aquella visión dejó en el corazón de Francisco un ardor admirable e imprimió en su cuerpo una efigie no menos maravillosa: pues al momento comenzaron a aparecer en sus manos y sus pies las señales de los clavos iguales que en todo a las que poco antes había visto en la imagen del Serafín crucificado" este es un hecho único en los anales de la iglesia, su autenticidad se encuentra refrendada por diplomas pontificios de Gregorio IX, Alejandro IV, Benedicto XI y Pablo V. La vida del Santo Varón de Asís estuvo llena de caridad y gloria, milagros y apariciones, y sobre todo su amor y santidad, que irradió por todo el mundo y seria interminable continuar indicando los acontecimientos de su vida.

"Pasó de esta vida el glorioso confesor de Cristo, San Francisco, el año del Señor de 1226, a 4 de octubre, sábado, y fue sepultado el domingo, en el año vigésimo de su conversión o sea desde que comenzó ha hacer penitencia, y era el segundo año después de la impresión de las llagas, y era a los 45 de su nacimiento.

Después fue canonizado en el año de 1228 por el Papa Gregorio IX, que vino en persona a la ciudad de Asís para canonizarlo.